Desde hace varios semestres
los estudiantes universitarios han estado experimentando una situación molesta que
ha conllevado a la pérdida constante de clases debido a las convocatorias a
paro que se hacen desde los distintos sindicatos y gremios del sector
universitario nacional (FAPUV,
FENATESV, FENASIPRUV Y FAPICUV).
En un principio, el paro era
convocado y acatado por el sector administrativo y obrero, lo que hacía que de manera
imprevista las puertas de algunas facultades se encontraran cerradas, causando
ciertos disgustos entre la población estudiantil no sólo por el hecho de perder
el tiempo del traslado a la universidad, sino también por la posterior incertidumbre
que se traducía en: ¿Será que van a abrir la facultad más tarde?, lo cual se
convertía en un tiempo aún más largo de espera y retraso.
Toda esta situación empeoró
a mediados del mes de Febrero de 2013 cuando la Asociación de profesores de la
Universidad Central de Venezuela (APUCV), se declaró en conflicto permanente con el objetivo de exigir mejoras laborales, salariales, etc.
A partir de ese momento, el gremio profesoral de la UCV se unió a las
actividades de protesta organizadas desde la Federación de Asociaciones
de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV), la cual comienza a
implementar el paro como principal mecanismo para exigir sus reivindicaciones.
El
problema del paro en la educación superior
El paro o huelga es un tipo
de protesta consagrada internacionalmente en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y nacionalmente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en
su Art. 97. Por lo tanto, es totalmente normal y legal que los sindicatos y
gremios decidan irse a paro cuando consideren que sus derechos laborales estén
siendo vulnerados.
En Venezuela y en el mundo
podemos encontrar numerosos ejemplos de
paros que han sido exitosos, pero ¿Qué pasa con los paros recientes que
ha convocado el sector universitario? ¿Por qué no tienen la misma efectividad
que otros?
En mi opinión, los
paros del sector universitario no tienen el mismo peso político y económico
que, por poner un ejemplo, un paro de trabajadores en las empresas básicas de Guayana.
Esto último conllevaría a una disminución en la producción de aluminio, acero y
hierro, lo cual comprometería de manera importante la continuidad de la gran
misión Vivienda Venezuela.
En cambio, los paros en la
educación superior afectan principalmente a la misma comunidad universitaria.
En el caso de un paro del sector obrero, se ve afectado el personal docente al
no poder impartir sus clases, la comunidad estudiantil al no poder recibirlas y
el personal administrativo al no poder
acceder a la documentación necesaria
para llevar a cabo la gestión de trámites, etc. En otras palabras, la gran
perjudicada es la universidad y su funcionamiento, más no el gobierno y las
instituciones encargadas de solventar la situación de descontento.
Los últimos paros de 24, 48
y 72 horas han logrado cohesionar a las diferentes agrupaciones que hacen vida
en la universidad, ya que ahora tienen un carácter intergremial, es decir,
todos los sindicatos y gremios de profesores, empleados y obreros han decidido
sumarse de manera conjunta a las protestas convocadas por las federaciones
nacionales. De esta manera, se evitan los saboteos entre unos y otros pero deja
como gran perjudicado al sector estudiantil, siendo éste el más numeroso y, a
mi parecer, el más importante de todos.
Consecuencias
de los paros escalonados
Dependiendo de la fuente de
información que se consulte, se podrán encontrar diferentes interpretaciones
sobre los resultados de los paros y el alcance que estos han tenido para
solucionar de manera efectiva los problemas de condiciones, salarios,
seguridad, etc.
Si observamos la interpretación
que le dan los sectores que participan en el paro, nos daremos cuenta de su
elevado nivel de optimismo al afirmar que sus actividades han tenido un rotundo
éxito porque lograron la participación del 85 – 90% del personal convocado. Además, pretenden aumentar el grado de la
protesta convocando a un paro de 96 horas. Sin embargo, no se hace mención de
la poca importancia que le ha dado el gobierno nacional a su lucha.
La posición de la dirigencia
estudiantil universitaria, así como de las autoridades rectorales ha sido de
respaldo a las exigencias de los gremios, más no comparten el mecanismo de
protesta. La comunidad estudiantil en general se ha visto afectada en su
derecho más preciado que es la educación, por tanto, no puede apoyar las
demandas del personal que labora en la universidad ya que, sería ir en contra
de sus intereses para intentar mejorar los de otros.
Por último, la posición del
gobierno nacional ha sido la habitual frente a éste tipo de acontecimientos. Con
la designación del profesor Pedro Calzadilla como nuevo ministro de Educación
Superior, el cual llegó con un discurso más claro y abierto que el de su predecesora,
mencionando los valores democráticos y plurales que debe tener la universidad
venezolana, se espera un cambio que permita el diálogo y la discusión sensata de
los problemas que afectan a la comunidad universitaria.
Reflexiones
finales
Los estudiantes deben
siempre permanecer unidos en la lucha por sus derechos y la consecución de sus
intereses, tratando siempre de mantener el nivel de preponderancia frente a los
demás actores que hacen vida en la universidad, pero esto no implica el
desconocimiento o rechazo a la realidad que viven los gremios y sindicatos.
Algunos movimientos o grupos
estudiantiles que se identifican con la izquierda política, y que por lo tanto
mantienen una actitud pro-gobierno, han tratado de llevar la situación que vive
el personal universitario al plano político, cuestión que no me parece correcta,
ya que se desvirtúa una realidad gremial, sindical, laboral y entran en
discusión otros temas que están totalmente fuera de contexto. Es decir, el paro
es una medida que afecta al estudiantado y por ende hay que proponer otros
mecanismos de lucha, como un paro activo, por ejemplo. Pero decir que “han utilizado el sector obrero, manipulándolo en pro de la desestabilización de un Gobierno que siempre ha estado pendiente de la lucha obrera y estudiantil" es,
desde mi punto de vista, alejarse demasiado de la realidad y no reconocer el
verdadero sentido del conflicto laboral.
A manera de conclusión, puedo
decir que el paro o huelga como instrumento de lucha está afectando en gran
medida a la universidad y sobre todo a la comunidad estudiantil, por tanto, es de
vital importancia evitar caer en la polarización que vive el país, así como
también que los sectores en conflicto busquen otros métodos o herramientas que
ejerzan una presión significativa ante el Ministerio de Educación Superior y no
a la misma comunidad universitaria para evitar un mayor conflicto de intereses.